Manifiesto

Veinte Centavos surge por la necesidad de crear un espacio en el cual podamos escribir y debatir sobre diversos temas culturales. Literatura, música, cine y teatro serán nuestros temas habituales, y no dejaremos de lado la actualidad, en la que se combina el pasado y el futuro.Aprovechando la tecnología, creamos está revista virtual, este blog cultural, y esperamos que ustedes disfruten leyendo –y respondiendo- y nosotros escribiendo.

Crítica: Viví Amordisco

La ola está de fiesta



La nostalgia, esa "tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida", según lo define la Real Academia Española, suele dominarnos a todos los niveles. Creemos que todo tiempo pasado fue mejor, hablamos de viejos grupos, cantamos aquellas canciones, recordamos nuestros años felices: allá estaba la juventud, el futuro aun no existía y sólo queríamos bailar.
Diversos estudios científicos han demostrado que escuchar música libera ciertas reacciones químicas en nuestro cerebro; dopamina, serotonina, oxitocina, sustancias que también se liberan cuando probamos un alimento que nos gusta particularmente, o cuando vemos una película que nos toca una fibra íntima, o cuando volvemos a hablar con una vieja amiga de la que hace mucho tiempo que no sabemos nada. Pero la música (sobre todo, cierta música) siempre está ahí, y los recuerdos nos acechan como un animal hambriento en medio de un bosque helado. Para desentumecernos -otra vez- sólo necesitamos bailar.
De eso (y de amor, traición, celos, secretos y más) habla Viví Amordisco. Con textos y dirección de Luciano Torres y Diego Villalba, producción de Damián Arcala y coreografías de Aldana Tessone, la obra se propone como un ejercicio de memorabilia (¡un cubo Rubik enorme se destaca en el escenario!),  pero también de pensar el pasado desde el presente (y así poder saldar algunas deudas pendientes).
La historia se mueve alrededor de Jorge (Diego Gemoli) y Carlos (Julián Paniagua) dos amigos que en la actualidad llevan adelante un boliche con -¡hola nostalgia!- temática de los ‘80. Las cuentas no cierran, uno quiere vender,  el otro se resiste, la tensión crece y al final las revelaciones estallan. En el medio, el resto de los empleados del local insinúan sus conflictos en los que el amor (en todas sus variantes) siempre está presente.  
Pero podría decirse que, en el fondo, la trama no es más que una excusa; lo que verdaderamente importa es el rescate de una época. Así,  cada situación se va hilvanando con un tema musical (uno de esos que sabemos todos) y los cuadros de baile invitan a moverse y movilizan: los 80 están ahí,  son el animal hambriento que ahora sí nos muerde en un bosque en llamas, como ese escenario cuando se llena de Disco. 
El elenco es parejo en cuanto a desempeño y belleza,  aunque quedará ajustar con el correr de las funciones ciertos niveles de energía que no siempre están en equilibrio. Luciano Torres probablemente merezca una mención especial porque su personaje (voluptuoso y genial) es el encargado de contagiarnos el zeitgeist de una década que se consumió en el fuego de los excesos.
Pero las principales protagonistas de esta historia son las canciones. En Viví Amordisco suenan desde Valeria Lynch y Soda Stereo (un gran tema de amor, ya se imaginan cuál), hasta Michael Jackson y Depeche Mode, pasando por Erasure (¿hay algo más ochentoso que Oh l'amour?) y Y.M.C.A. Entonces,  el escenario se convierte en una pista y la obra se transforma en una fiesta.  Porque -todavía- lxs chicxs sólo quieren divertirse. Y -¿se acuerdan?- bailar.

*** 1/2
Sábado 20 hrs. Taller del Angel (Mario Bravo 1239)
Libro y Dirección: Luciano Torres – Diego Villalba 
Coreografía: Aldana Tesone 
Elenco: Diego Gemoli, Julián Paniagua, Daniela Fernanda López, Marina Layna, Mane Dos Santos, Gabriel Cáceres, Cintia Trobbiani, Aldana Tesone, Anita Wendler, Luciano Torres, Diego Villalba, Mauricio Mendez  
Productor Ejecutivo: Damián Arcalá
www.facebook.com/viviamordisco/

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