Por Nahuel Billoni
Estereotipo:
Imagen o idea aceptada comúnmente
por un grupo o sociedad con carácter inmutable.
Real Academia Española
Los medios de comunicación trabajan con una herramienta fundamental a la hora de abordar ciertos temas: el estereotipo. Este recurso que a veces puede resultar eficiente para señalar o explicar ciertos aspectos termina generando pobres interpretaciones de los hechos o –lo que es peor- mensajes que encierran una discriminación implícita.
“Los estereotipos –explica el investigador de medios Mauro Wolf- son un elemento indispensable para organizar y anticipar las experiencias de la realidad social que lleva a cabo el individuo. Impiden el caos cognoscitivo, la desorganización mental, representan en definitiva un necesario instrumento de economía de aprendizaje”. El problema es el uso que les asigna los medios de comunicación. “La función de los estereotipos –continúa- se ha visto profundamente alterada y modificada”.
El recurso de trabajar con estereotipos es válido, pero la utilización en forma continúa y sistemática por parte de los periodistas y comunicadores termina en un material pobre y riesgoso: subjetividad y prejuicios.
El uso de los estereotipos sirve para el espectador se ubique en la noticia y comprenda quiénes son y cómo actúan los protagonistas del hecho. En ciertas ocasiones esto puede resultar orientador (que es la función positiva que tienen los estereotipos).
Lo mismo ocurre en cuanto al tema: si se presentan ciertos estereotipos, el lector o espectador entenderá en forma veloz del contexto que se trata. La intención es que la asimilación sea rápida, de un momento a otro y sin demasiada información. De eso se trata el estereotipo, el espectador ya sabe qué tiene que esperar.
El uso de estereotipos tiene varias consecuencias negativas. Además de bajar el contenido estético, creativo e intelectual; sirven para reafirmar conceptos equivocados y empobrecer la visión crítica, lo que nos lleva a la implicancia ética y moral que cargan. “Cuanto más se materializan y se esclerotizan los estereotipos (…), es menos probable que las personas modifiquen sus ideas preconcebidas con el progreso de su experiencia. Cuanto más obtusa y complicada se torna la vida moderna, mayor es la propensión de las personas a apegarse a clichés “. Este recurso termina moldeando una realidad que no es tal, y para colmo, el individuo la termina aceptándola como cierta.
El manejo y abuso de los estereotipos utilizado por los medios de comunicación ha llevado a cambiar la percepción que tiene la sociedad de ciertos hechos.
Si recordamos el conflicto que mantuvo el gobierno con parte del sector agropecuario, podemos encontrar la utilización de generalizaciones y estereotipaciones. También resulta interesante este caso porque se dio mientras el gobierno mantenía una pelea con varios medios de comunicación (comenzando con el Grupo Clarín).
No se habló de que era un segmento sino se presentaba la batalla del campo contra el oficialismo. No resultaba difícil encontrar títulos y epígrafes con leyendas como “el campo realiza cortes”, “el campo en la calle”, “el campo contra Cristina” “el campo llena la plazas”, “el campo para”….
Los errores en las postulaciones mencionadas en el párrafo anterior son varios. Por un lado, se encierra a todo el campo, es decir, desde los pequeños y medianos productores, pasando por los grandes grupos agropecuarios hasta las familias productoras o las autogestiones. Por el otro, parece una obviedad pero resulta imposible que todas las personas que realicen actividades en el campo se unan contra cualquier sector (sea gobierno, corporaciones, etc.).
Además de las generalizaciones, los medios de comunicación recurrieron a los estereotipos para graficar la disputa económica. Presentaban a los involucrados en el rubro agropecuario como gauchos u hombres de campo. Retomaban los conceptos de identidad nacional que proponían a principios de siglo veinte para diferenciar a los nacidos en el país de los nuevos inmigrantes que llegaban de Europa. Todos se levantaban bien temprano, ordeñaban a las vacas, tomaban mate y tenían ese “estilo” tan del campo (léase brutos, energúmenos e inocentes) que en otras ocasiones fue defenestrado por estar fuera de moda, tono y clase.
Sin embargo, también es necesario decir, que la prensa oficialista no se privó de señalar estereotipos. A la hora de hablar de los productores siempre hacían mención a sus camionetas cuatro por cuatro.
Nuestra intención al citar el conflicto por la resolución 125, es mostrar como la utilización de estereotipos termina perjudicando a los lectores o espectadores, ya que el mensaje que les llega está cargado de connotaciones y filtros ideológicos. En este caso, como hemos dicho, los estereotipos fueron utilizados en varias direcciones.
Otro caso en donde se puede apreciar el daño que causan los estereotipos es en el manejo de los medios sobre las informaciones a partir de hechos ocurridos en los sectores de clase baja o situaciones en las que intervengan personas de barrios humildes.
Pocas veces, a la hora de presentar los informes, se hace un análisis sobre las condiciones (actuales y, sobre todo, previas) en las que viven los habitantes de los barrios carenciados o villas. Los medios muestran esa realidad, pero no con una intención transformadora, sino de forma contemplativa. Las cámaras se pasean por los pasillos e invitan al espectador a que se meta en las vidas de los habitantes pero como un ejercicio de fruición. Cuando se realizan este tipo de informes el encare se encuentra más relacionado al cinematográfico –en el sentido de la ficción- que al periodístico. ¿Por qué? No existe reflexión alguna, el objetivo consiste en que el televidente se asombre con ese otro mundo, conozca a esos personajes (en el peor sentido del término) y después se vaya a dormir sin ningún tipo de pensamiento crítico. Ven una historia. Miran el cuento de los pobres.
Finalmente lo que logran es estereotipar a todos los oriundos de villas y barrios carenciados porque las historias que relatan son sobre ladrones, adictos al paco y otras adicciones, violencia familiar y/o prostitución. El público siempre recibe las mismas noticias sobre Fuerte Apacha o la Carlos Gardel –para utilizar dos ejemplos habituales- y terminan comprendiendo que sólo una noticia puede surgir de ahí: delincuencia. Por lo tanto, se genera un triste silogismo de fácil aprendizaje: los pobres viven en villas, en las villas hay delincuencia, entonces, los pobres son delincuentes. Este pensamiento es formado a partir de todos los mensajes que emiten los mass media y es más: es comprensible, porque si una persona sólo recibe informaciones negativas de un lugar, no tiene porque creer que hay alternativas.
Imagen o idea aceptada comúnmente
por un grupo o sociedad con carácter inmutable.
Real Academia Española
Los medios de comunicación trabajan con una herramienta fundamental a la hora de abordar ciertos temas: el estereotipo. Este recurso que a veces puede resultar eficiente para señalar o explicar ciertos aspectos termina generando pobres interpretaciones de los hechos o –lo que es peor- mensajes que encierran una discriminación implícita.
“Los estereotipos –explica el investigador de medios Mauro Wolf- son un elemento indispensable para organizar y anticipar las experiencias de la realidad social que lleva a cabo el individuo. Impiden el caos cognoscitivo, la desorganización mental, representan en definitiva un necesario instrumento de economía de aprendizaje”. El problema es el uso que les asigna los medios de comunicación. “La función de los estereotipos –continúa- se ha visto profundamente alterada y modificada”.
El recurso de trabajar con estereotipos es válido, pero la utilización en forma continúa y sistemática por parte de los periodistas y comunicadores termina en un material pobre y riesgoso: subjetividad y prejuicios.
El uso de los estereotipos sirve para el espectador se ubique en la noticia y comprenda quiénes son y cómo actúan los protagonistas del hecho. En ciertas ocasiones esto puede resultar orientador (que es la función positiva que tienen los estereotipos).
Lo mismo ocurre en cuanto al tema: si se presentan ciertos estereotipos, el lector o espectador entenderá en forma veloz del contexto que se trata. La intención es que la asimilación sea rápida, de un momento a otro y sin demasiada información. De eso se trata el estereotipo, el espectador ya sabe qué tiene que esperar.
El uso de estereotipos tiene varias consecuencias negativas. Además de bajar el contenido estético, creativo e intelectual; sirven para reafirmar conceptos equivocados y empobrecer la visión crítica, lo que nos lleva a la implicancia ética y moral que cargan. “Cuanto más se materializan y se esclerotizan los estereotipos (…), es menos probable que las personas modifiquen sus ideas preconcebidas con el progreso de su experiencia. Cuanto más obtusa y complicada se torna la vida moderna, mayor es la propensión de las personas a apegarse a clichés “. Este recurso termina moldeando una realidad que no es tal, y para colmo, el individuo la termina aceptándola como cierta.
El manejo y abuso de los estereotipos utilizado por los medios de comunicación ha llevado a cambiar la percepción que tiene la sociedad de ciertos hechos.
Si recordamos el conflicto que mantuvo el gobierno con parte del sector agropecuario, podemos encontrar la utilización de generalizaciones y estereotipaciones. También resulta interesante este caso porque se dio mientras el gobierno mantenía una pelea con varios medios de comunicación (comenzando con el Grupo Clarín).
No se habló de que era un segmento sino se presentaba la batalla del campo contra el oficialismo. No resultaba difícil encontrar títulos y epígrafes con leyendas como “el campo realiza cortes”, “el campo en la calle”, “el campo contra Cristina” “el campo llena la plazas”, “el campo para”….
Los errores en las postulaciones mencionadas en el párrafo anterior son varios. Por un lado, se encierra a todo el campo, es decir, desde los pequeños y medianos productores, pasando por los grandes grupos agropecuarios hasta las familias productoras o las autogestiones. Por el otro, parece una obviedad pero resulta imposible que todas las personas que realicen actividades en el campo se unan contra cualquier sector (sea gobierno, corporaciones, etc.).
Además de las generalizaciones, los medios de comunicación recurrieron a los estereotipos para graficar la disputa económica. Presentaban a los involucrados en el rubro agropecuario como gauchos u hombres de campo. Retomaban los conceptos de identidad nacional que proponían a principios de siglo veinte para diferenciar a los nacidos en el país de los nuevos inmigrantes que llegaban de Europa. Todos se levantaban bien temprano, ordeñaban a las vacas, tomaban mate y tenían ese “estilo” tan del campo (léase brutos, energúmenos e inocentes) que en otras ocasiones fue defenestrado por estar fuera de moda, tono y clase.
Sin embargo, también es necesario decir, que la prensa oficialista no se privó de señalar estereotipos. A la hora de hablar de los productores siempre hacían mención a sus camionetas cuatro por cuatro.
Nuestra intención al citar el conflicto por la resolución 125, es mostrar como la utilización de estereotipos termina perjudicando a los lectores o espectadores, ya que el mensaje que les llega está cargado de connotaciones y filtros ideológicos. En este caso, como hemos dicho, los estereotipos fueron utilizados en varias direcciones.
Otro caso en donde se puede apreciar el daño que causan los estereotipos es en el manejo de los medios sobre las informaciones a partir de hechos ocurridos en los sectores de clase baja o situaciones en las que intervengan personas de barrios humildes.
Pocas veces, a la hora de presentar los informes, se hace un análisis sobre las condiciones (actuales y, sobre todo, previas) en las que viven los habitantes de los barrios carenciados o villas. Los medios muestran esa realidad, pero no con una intención transformadora, sino de forma contemplativa. Las cámaras se pasean por los pasillos e invitan al espectador a que se meta en las vidas de los habitantes pero como un ejercicio de fruición. Cuando se realizan este tipo de informes el encare se encuentra más relacionado al cinematográfico –en el sentido de la ficción- que al periodístico. ¿Por qué? No existe reflexión alguna, el objetivo consiste en que el televidente se asombre con ese otro mundo, conozca a esos personajes (en el peor sentido del término) y después se vaya a dormir sin ningún tipo de pensamiento crítico. Ven una historia. Miran el cuento de los pobres.
Finalmente lo que logran es estereotipar a todos los oriundos de villas y barrios carenciados porque las historias que relatan son sobre ladrones, adictos al paco y otras adicciones, violencia familiar y/o prostitución. El público siempre recibe las mismas noticias sobre Fuerte Apacha o la Carlos Gardel –para utilizar dos ejemplos habituales- y terminan comprendiendo que sólo una noticia puede surgir de ahí: delincuencia. Por lo tanto, se genera un triste silogismo de fácil aprendizaje: los pobres viven en villas, en las villas hay delincuencia, entonces, los pobres son delincuentes. Este pensamiento es formado a partir de todos los mensajes que emiten los mass media y es más: es comprensible, porque si una persona sólo recibe informaciones negativas de un lugar, no tiene porque creer que hay alternativas.
1 comentario:
muy buena la nota, creo que es sumamente valido el trabajo critico y por supuesto la intencion de concientizar, promover y estimular al lector a despertar ese sentido critico tambien que tantas veces se encuentra casi inactivo.
gracias!!
Rodriguez Yael
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