Manifiesto

Veinte Centavos surge por la necesidad de crear un espacio en el cual podamos escribir y debatir sobre diversos temas culturales. Literatura, música, cine y teatro serán nuestros temas habituales, y no dejaremos de lado la actualidad, en la que se combina el pasado y el futuro.Aprovechando la tecnología, creamos está revista virtual, este blog cultural, y esperamos que ustedes disfruten leyendo –y respondiendo- y nosotros escribiendo.

¿Rockeros, artistas y populares?

Por Nahuel A. Billoni

Yo siempre quise cantar,
me lo pedía el corazón,
para dárselo a la gente,
pero que difícil es encontrar una canción
que diga lo que otros sienten

Cuando una voz sea de todos
Litto Nebbia

¿Existen artistas que representan a su público? ¿Podemos encontrar en el rock músicos populares? ¿Es posible en un país del tercer mundo encontrar rock stars? ¿Quiénes son las voces de esta generación?






En el rock argentino –no vamos a llamarlo “nacional”, suena fascista- siempre se sostuvo que hay voces que representaron a una generación debido la conexión de los músicos con la situación del país y los sentimientos de la población, sin dejar de lado el talento musical o la facilidad para hacer estribillos.
Simplificando: podemos trazar una línea histórica que va desde Los Gatos, Manal y Almendra; continuando por García, León Gieco, Páez, Calamaro, Cerati y Los Redondos; hasta llegar a La Bersuit, Los Piojos e Intoxicados. Todos estos artistas supieron tener éxito, popularidad y reconocimiento de la crítica. Sus canciones se transformaron en himnos o fieles testimonios de una época. Alicia en el país, Sólo le pido a Dios, Yo vengo a ofrecer mi corazón, Jijiji y Se viene el estallido, son claros ejemplos.
Sin embargo, a partir de los noventa algo empezó a cambiar y se gestaron dos tipos de rockeros.
En la última década del siglo pasado, los músicos sufrieron una gran exposición como nunca antes había ocurrido. Por un lado, comenzaron a ganar cifras que antes no percibían –recordemos que en esa época no existía la piratería masiva y funcionaba el uno a uno- y, por el otro, se encontraron envueltos en un sistema de producción. Este consistía en cumplir entrevistas exclusivas, giras, notas de presentación en programas no afines, etc. Quizás los más perjudicados hayan sido García y Páez. En el primero se empezó a dibujar la criatura mediática que llego hasta estos días; con el rosarino sucedió algo más complejo: tuvo altos niveles de exposición y una vez que quiso correrse no se lo perdonaron.
Esta transformación de los músicos en verdaderas estrellas produjo una distancia muy grande entre los artistas y su público. Ellos comenzaron a tener otro tipo de vida, ya no cantaban sobre las mismas situaciones. Tal vez, por nuevas inquietudes o por diferentes estilos de vida, se fueron alejando del común de la gente. Esto no significa de por si algo negativo, pero es llamativo que gran parte de la crítica hable de Spinneta como un músico popular, cuando son pocos los que esperan un disco de él; o que todo el mundo espera la nueva obra del Indio Solari, cuando está claro que la mayoría que lo sigue lo hace por su pasado ricotero (hasta ahora no cuenta con un hit como solista), algo que ya había experimentado Gustavo Cerati hasta Ahí Vamos.
Pero en los noventa, mientras comenzaba a darse el fenómeno elitista, sucedió uno más grande e importante: la fútbolización del rock, como alternativa y respuesta al rock standard. Las bandas comenzaron a tener hinchadas: ya no había fans sino grupos que los seguían. Se tomó el concepto del fútbol y se lo traslado a la música. Este fenómeno se hizo visible en el llamado rock barrial. Los músicos alentaron esta idea, hablaban de que la banda se debía a su gente y esta, a la vez, era parte de la banda. Ahora, cuando los músicos llegan a Obras, dicen “llegamos”, haciendo participe a sus seguidores.
Sin embargo, esto no significó que surjan artistas populares que verdaderamente representen a una generación. ¿Las razones? Estos músicos cantan a su público, formando especies de guetos. Para participar hay que saber los códigos que manejan y estar de acuerdo con ellos; por lo tanto, no podemos hablar de música popular, sino de música marginal o selectiva. Entonces, ¿quién o quienes son artistas populares en el rock?
Los Piojos y La Bersuit, después de haber sido parte de una moda, hoy se establecen como bandas ya consolidadas. Tienen canciones que son reconocidas y letras que marcaron una época.



También existen otras dos figuras que han sabido mantener a través de los años éxito, calidad y reconocimiento sin perder popularidad. Ellos son León Gieco y Andrés Calamaro. Este último garantiza hits en todos sus discos, habla del contexto –chequear Comedor piquetero en La lengua popular- y tiene una línea ya muy clara. En tanto, el autor de Carito, representa al artista popular y comprometido por excelencia: en sus discos siempre aparecen himnos –La Memoria, De igual a igual, Yo soy Juan, El ángel de la bicicleta- y descripciones de la realidad por la que pasa el país.
La última gran incorporación al rock popular es la de Pity Álvarez, el líder de Intoxicados. Canciones pegadizas con demasiadas similitudes a otros y una imagen que ya esta establecida en los medios, lo han convertido en la voz de esta generación. Esto dice mucho: que un artista que no es un gran músico, ni una gran letrista, sea el representante de estos últimos años habla mucho de la etapa por lo que estamos viviendo. Pero ese es otro tema.
¿Existen artistas populares en el rock? No olvides de dejar tu comentario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena la nota, salvo cuando citas a Carlos Solari y decis que - como solista- no tiene un "hit"?!Porco Rex, Martinis y Tafiroles, qué son? El cómo solista es un HIT, no creo que necesite un tema para serlo.
No te olvides que se está juntando mucho con el Sr. Gama Alta (Andrés) y hacen muchos "hit" juntos.
Saludos.