Por Diego González
Una de las movidas artísticas más interesantes que dejó la década de los ’90 es la serie de conciertos MTV Unplugged, donde músicos reconocidos y bandas que en ese momento ascendían en su popularidad tocaban versiones de temas clásicos y futuros hits en formato acústico. Dejaron en claro que el rock podía dar paso a la suavidad e intimidad de las canciones.
Una vez que se agotó la fórmula, la industria siguió en su habitual búsqueda de the next big thing. Sin embargo, esa sensibilidad acústica quedó flotando en el aire y dio luz a una innumerable cantidad de songwriters confesando sentimientos con pluma sensible y guitarra acústica en mano. En Argentina, a la par del renacimiento mundial de lo desenchufado, se fue generando algo más aventurado: un cruce entre diferentes estilos de rock y las más diversas raíces folclóricas.
Este crossover de formas e identidades habría sido impensable décadas atrás (salvo algunas excepciones, tales como la de Arco Iris), pero enriqueció a la música argentina con artistas que se animaron a romper moldes, prejuicios y fronteras. Las figuras de los Huanca Hua y el Dúo Salteño, allá lejos, o del Chango Farías Gómez y Liliana Herrero, aquí nomás, más la influencia generacional de L.A.Spinetta, Charly García y Fito Páez, entre otros, se convierten en mascarón de proa de toda una nueva camada de músicos que, lejos del ortodoxismo telúrico, investiga en los sonidos autóctonos de cada provincia argentina y los rejuvenece en un abanico multicolor de diversidades. Estos grupos y solistas van desde el jazz más vanguardista al rock más tradicional, incluyendo también algunas avezadas incursiones electrónicas. La mayoría recupera y reinterpreta clásicos del género folclórico, e inclusive escribe sus propias canciones, generando nuevos aires a la música tradicional argentina.
Para el oyente rockero que nunca se animó al folclore por pruritos o simples prejuicios, y para todo melómano de ley, es absolutamente recomendable Folclore argentino (2007) del trío femenino Aymama. Reinterpretan bellísimas canciones del Cuchi Leguizamón, Armando Tejada Gómez y Juan Falú, entre otros, con una frescura que le saca el rígido corsé a la tradición, pero sin renegarla por completo, y así abren una renovada puerta hacia nuestra música popular. Tanto en esas canciones como en las propias, Florencia Giammarche (guitarra y voz), Mora Martínez (voz y percusión) y Paula Suárez (piano y voz) logran el justo equilibrio entre lo criollo y lo moderno y entregan a punto una variedad de zambas, chacareras y huaynos donde logran imperdibles picos de emoción y excelencia musical.
HIGHLIGHT: Todo, absolutamente todo, más los acordes graves del piano.
FRASE: “…¡Ay! Quién te dijo que este trabajo/ sana tu corazón / que si me muero en el monte / ya no sabrás donde tallar tu dolor…” (Paula Suarez)
La misma mezcla de piano, guitarra y voces define el disco debut Alma Redonda (2006) del platense Wagner Taján Dúo. Egresados de la carrera de Educación Musical y Composición de la Universidad Nacional de La Plata, Vilma Wagner (piano, voz, accesorios) y Octavio Taján (guitarra, voz) también aciertan en la elección del repertorio que incluye autores de distintas épocas, además de sus propias composiciones. El estilo del dúo se basa en una relectura de diversos ritmos y estilos folclóricos, como bagualas, huaynos, bailecitos, zambas y chacareras, por nombrar algunos de ellos. Excelente amalgama vocal/instrumental, el esfuerzo de todo un año de grabación se cosecha en esta deliciosa música de raíz folclórica (según su propia definición) que se ve beneficiada por el aire renovador y la belleza de esos pequeños momentos donde prima el silencio.
HIGHLIGHT: Escuchar el disco al atardecer.
FRASE: “…Alma y vida de Santiago / ha de ser la chacarera / que aunque yo no sea del palo / voy a hacer como si fuera…”
Las tonadas, cuecas y gatos contenidos en la placa Celador de Sueños (2005), del dúo OrozcoBarrientos nos lleva hacia los pagos del vino y de la cordillera. Dueños de sus propias composiciones, sazonan esos ritmos oriundos del Cuyo con letras que denotan la influencia del rock: Ya se va, el séptimo tema de la placa, tiene un leve aire a Cuando ya me empiece a quedar solo de Sui Generis, por ejemplo. Además, Fernando Barrientos es el autor de los exitosos hits de principios de los ’90 como El Amor es más Fuerte y Tango Feroz; Raúl Orozco, por su parte, es instrumentista y uno de los arregladores más importante de la zona cuyana. Otro experto en mezclar tradición con rock es el productor del disco: nada menos que Gustavo Santaolalla. Estas canciones– algunas de ellas son interpretadas por Mercedes Sosa y Teresa Parodi, entre otros- se disfrutan al saborearlas lentamente, como un vino guardado largo tiempo para alguna gran ocasión.
HIGHLIGHT: Disco rebozante de optimismo y energía.
FRASE: “…Valeria, villa ‘e lata y el cielo abierto / milico de suburbio llevando preso / a un negro que decía / que eso era yeso…”
Desde el folclore hasta el jazz, pasando por el tango y toques de MPB, una plétora de estilos caracterizan el primer disco solista de Cecilia Zabala, Aguaribay (2007). Mezcla etérea de Marisa Monte y Florencia Ruiz, pero con raíz firmemente folclórica, Cecilia hipnotiza inmediatamente con su voz y su guitarra, combinando dosis de técnica y de sensibilidad, abriendo un espacio donde conviven armónicamente diversas músicas contemporáneas del Siglo XX. Composiciones de autores que van desde Juan Quintero hasta Atahualpa Yupanqui mas sus propias canciones, en el disco participan de este ensoñamiento grandes músicos como Juan Falú, Quique Sinessi y Silvia Iriondo. ¿El resultado final? Un estado de derroche placentero musical, muy difícil de abandonar.
HIGHLIGHT: Ideal para el desayuno de un sábado a la mañana.
FRASE: “…si mi corazón fuera de cristal / reflejando luz desde algún lugar / melodía muda que se desnuda en mi canción / resonando así hasta hallar en vos / candilejas que del sauce nunca nadie vió”
RESUMEN GENERAL: Folclore progre para tiempos de patrioterismo mediático y rutero.
¿Quienes son para vos las nuevas voces? No olvides de dejar tu comentario.
¿Quienes son las nuevas voces del folclore? No te olvides de dejar tu comentario.
2 comentarios:
Recomiendo "Tarefero de mis pagos" (2004) (Sondos de la tierra colorada) del Chango Spasiuk. Conmovedor hasta las lagrimas. Un chamame piazolano de alto vuelo.
Diego, muy bueno tu post. Debo confesar que no soy muy afecto a ese estilo de musica pero sin dudas le vamos a pegar una oida a sus recomendaciones
Abrazo
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